martes, 2 de noviembre de 2010

Del congreso

El primer día que estuve, y el más estresante, me dediqué a fijarme en las personas que andaban por ahí cerca (de mi lugar). Me llamó la atención que había lugares que parecía que eran más populares que otros pero no, me di cuenta que eso lo hacen los cuates. Ellos se encargan de "arropar" a quien le toca exponer y aparte se la pasan chido. Parece que las bolitas son atractivas porque los demás se detienen un ratito a ver de qué se trata. Hubo otros que miraban con atención pero no preguntaban nada. Otros no veían nada pero preguntaban sobre tu jale. A mi me llegó uno preguntando qué es un mesón... Sólo vi a uno que ya tiene una carrera hecha que estuvo todo el tiempo ahí. Le ayudaba a su alumno. Eso lo veía de lejos porque a lo mejor lo único que hacía era meter presión. Mi vecino, también uno que ya tiene una trayectoria reconocida, estaba por ratitos. Se aventó la jalada de usar mi información para complementar la suya. Chido, ¿no?

Definitivamente el que más me llamó la atención fue el chavo que andaba viendo los carteles con su ipod a todo vuelo. Se alcanzaba a oír la música aunque no distinguí el género. Probablemente era electrónica por el movimiento que hacía con su cabeza como afirmando que entendía o estaba de acuerdo con todo lo que leía. Lo curioso era cuando veía algo raro dejaba de mover la cabeza (y el pie si en ese preciso momento lo que estaba moviendo) y levantaba la ceja. No pasaba mucho rato antes que estuviera otra vez de acuerdo con la información y continuaba con el ritmo de la música. Así estuvo hasta que lo perdí de vista.

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