...

Son las 8am (faltan como cinco minutos). Supongo que debería aprovechar el tiempo mientras dan las 8:30 hora en la que tengo la primera clase. Siento un cansancio raro y no sé si es por el clima, sino he descansado bien o si a Júpiter le dio por ponerle a la Venus (¿o a la Luna?) y por eso todos los que signos que son regidos por Júpiter (jaja qué mamada) andamos así como desganados. Me imaginé a la Venus diciéndole a Júpiter: serás todo un Dios pero conmigo no puedes... jaja. A lo mejor si lo dejó cansado y para recuperar su fuerza, porque eso de guiar el destino del universo no ha de ser cualquier cosa, se tragó toda la energía de los demás. O sólo de mí, quizá, porque como ya dijo Borges en uno de sus cuentos: lo que hace un hombre es como si lo hicieran todos los hombres (me acuerdo de la frase pero no recuerdo el nombre del cuento).

Ojalá la cogida haya valido la pena.

Cruzo los dedos por que la computadora que usaré en mi primera clase tenga instalado el java. Normalmente eso no debería ser motivo de ninguna angustia pero aquí en la escuela no se puede bajar ningún programa. Estaría chido porque así podría ver el tema de las operaciones de aritmética usando un applet... Y los pondría a competir aunque aún no sé de qué manera. Tiene que ser en equipo pero la mecánica...

POr cierto, por motivos que no viene al caso mencionar en las últimas tres noches he estado durmiendo del lado donde normalmente pongo los pies. Lo curioso es que cuando me despierto entre la noche me encuentro totalmente desorientado!! No sé ni donde estoy!! La primera vez tuve la sensación que no estaba en Monterrey.

Disfraz

Me siento raro viniendo a la escuela con corbata. Se supone que al rato me tomaran una foto. Aún no entiendo muy bien de qué se trata. Entendí que es por el día del maestro pero no les dijeron a todos... Se supone que saldrá en un suplemento de Milenio el sábado.

Por cierto, tengo sueño y me hubiera gustado quedarme más rato acostado. Afortunadamente no me tocó la clase de las 7am porque hubo desmadre en el puente del papa. Un tráiler, por lo que oí, dañó el puente y tenían un carril sin circulación.

Aún no me acostumbro al nuevo celular, el cual como ya dije en otro momento lo uso más como despertador... aunque ayer si me sirvió y me avisaron que finalmente me darían un grupo extra (eso es bueno, ¿no?).

Ya casi es la hora de ir a una clase que no daré (por la foto)...

Me siento muy cansado y apenas van dos días de clases!

Sábado

Me tocó vivir un sábado raro. Intentando hacer algo diferente para ver si así salía de la depresión (¿se podrá decir que es depresión?) le sugerí a varios cuates que nos juntaramos para celebrar a un cuate que cumple años hoy. Todo estuvo bien excepto en que quedamos en el único día en que yo me había quedado de ver con otra persona (eso es lo mejor: yo era el organizador y empalmé cosas! Ja, bueno no se me da eso al parecer). Así que sólo estuve un rato con ellos...

Mientras esperaba a que llegaran ellos según yo iba a ir al cine pero finalmente no fui. Terminé comprando en un sanborns la novela ¿Te veré en el desayuno? de Guillermo Fadanelli. Así ocupé la mayor parte de la tarde (creo que exageré un poco eso de prevenir los lugares ocupados por el partido de Monterrey-Pachuca). La lectura fue agradable a pesar de que estuve en la cafetería, del mencionado lugar, y considero que es muy ruidosa. Ayudó mucho que mientras yo leía Monterrey estuviera jugando (y perdiendo además) porque eso contribuyó a que hubiera menos clientela y el ruido fuera tolerable. Llegué a la conclusión que terminan hablando muy alto porque la música la tienen a un volumen alto.

Entonces como decía me puse a leer ¿te veré en el desayuno? y la historia me parece triste. Me gusta como la cuenta el autor pero es triste. Esto me bajó un poco más el ánimo. También sentía cierta presión, o angustia si se le quiere llamar así, porque había quedado de hablarle por teléfono a una amiga que apenas estoy conociendo. Lo bueno es que ella arregló el problema. Ella me habló pero luego me quedé más angustiado porque tenía que dejar una reunión que yo pedí o que convoqué por el cumpleaños de un camarada. Todo esto último pasó porque se me ocurrió decirle que la invitaba a... ¿salir? No sé, pero me acordé del caso de un amigo que se inventó el terminó que la salida con una chava era un "no-date". Así que tomaré su idea y diré que iba a ir a buscar a mi no date...

Para no hacer la historia larga me la pasé bien con mis cuates pero sí debo confesar que hubo un momento en que empecé a sentirme mal (a bajarme más el ánimo). Andaban en un cotorreo que no terminé de entender o yo no andaba muy dispuesto a seguir la conversación, también puede ser. Lo bueno, creo, es que antes que me pusiera peor me salí de ahí. Ya en el otro lugar las cosas mejoraron. Fue extraño porque ahora me sentí raro por andar acompañado!!!!

Me obligué a hacer cosas diferentes. Quiero pensar que eso es bueno...

¿Perderían su esencia?

Este es el primer video de Kiss que vi cuando se decidieron -quizá involuntariamente-a salir sin el maquillaje. Me pregunto: ¿habrán perdido su identidad cuando salieron así? Aquí va el video de Lick it up:



Varios años después volvieron a maquillarse pero el daño (¿cuál?) ya lo habían hecho.

Este fue el primer video del grupo que vi cuando tenía 6 o 7 años:

No le voy a hacer esa majadería (versión de facebook)

Ayer me acordé del cuento de Luis Felipe (el que se llama No le voy a hacer la majadería) pero no me sale la historia que me hizo pensar en el cuento... Quizá debería hacer lo mismo que en el cuento Lo que falta no daña de Bioy Casares-Borges en donde abreviaban todo y salían con frases como la de Hágase hizo o la de "Señora ¡cuánto tiempo que no la oigo ladrar!". Ahora que lo menciono empezaré a dar clases así: doy los primeros pasos y luego pongo el resultado. Si algún impertinente (ja) se le ocurre preguntar yo diré que ese paso, o procedimiento, lo pueden completar fácilmente con la ayuda de la TI (esa es la excusa que siempre ponen cuando no desarrollan nada)... O siempre puedo decir como el Jackson: is straightforward... (¡El trauma con ese libro! Por supuesto no es el único que lo escribe, y lo peor es que muchas veces tiene razón y el procedimiento es directo, pero ese es el que más recuerdo)

Bueno, el caso es que intentaré abreviar ya que la historia extendida nada más no me sale: El sábado mientras pisteaba tranquilamente, y como no había mucho que hacer, me puse a pensar en el tema de una conferencia que van a dar en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla a fin de mes (al cual estaría bien asistir pero ya me comprometí a estar en otro evento aquí) cuando de repente llegó Ángela a decirme "¿bailas conmigo un ratito?" Me sacó un pedo debo confesarlo. Estaba tan entretenido en otra cosa que ni la vi llegar. Inmediatamente recordé el nombre del cuento No le voy a hacer la majadería y bailé aunque realmente no tenía muchas ganas y... tan tan.

Este final chafa me hace recordar una canción en la que Piporro dice: tanto misterio pa' nada. Qué pelado tan corriente... jaja.

No le voy a hacer la majadería (versión larga)

El año pasado por casualidad di con un libro llamado Los mejores cuentos mexicanos edición 2003 y lo compré porque uno de esos cuentos lo escribió un cuate (Luis Felipe). Su cuento se llama No le voy a hacer la majadería. Lo compré no recuerdo si fue en la Gandhi que está enfrente de Bellas Artes o en el Fondo de cultura que está como a dos cuadras de ahí pero por el eje central (¿ahí se llama eje central? He pasado tantas veces, bueno algunas, y no me acuerdo). Luego lo leí en el café de tacuba (el cuento de mi camarada) mientras la mesera quería que a huevo consumiera algo que no fuera una limonada. Fue medio incómodo pero finalmente lo pude leer.

El caso es que anoche que estaba pisteando tranquilamente de repente llegó Ángela a sacarme un susto. Me asustó porque como no había mucho que hacer yo estaba pensando en una pregunta que vi que intentarán responder en una conferencia que darán en Puebla a finales de este mes. Así mientras yo pensaba en eso llegó Ángela a preguntarme si bailaba con ella un ratito. Lo curioso es que antes de ir a bailar me acordé del título del cuento de mi camarada antes mencionado y llegué a la misma conclusión: No le voy a hacer la majadería y fui con ella a bailar. Fue raro porque me tocó bailar de manera involuntaria una canción que se llama Gloria. Se lo comenté a ella y sólo se encongió de brazos y me dijo: "siempre hay una primera vez". No me gusta realmente la canción pero seguí pensando lo mismo: ni modo de hacerle majadería... aunque ella no se lo pensó dos veces, y se lo agradecí realmente, cuando pusieron esta canción, y nos regresamos cada quién a su lugar. Luego volvimos a bailar otro ratito.

En realidad fue una noche rara porque una mesera casi me abraza de puro gusto de verme regresar. Esa reacción, no sé si espontánea, fue porque el sábado pasado me salí sin aceptar la sugerencia de que ellos me pedían un taxi. Ella me dijo que si no traía saldo ella le hablaba a un taxista que ellos conocen y es de confianza. El saludo efusivo se debió a que había regresado en aparentes buenas condiciones y sin ninguna mala noticia... Pero resulta que ya pisteado se me cruzan los cables yo creo porque ahora me volví a salir y caminé y caminé para ver a Wendy. Como si caminando me ahorrara algún peligro, ¿no?.

Como Wendy estuvo ocupada me pasé el rato charlando con Katerin (así escribió ella su nombre yo sólo lo copio). Al escribir su nombre así me hizo pensar que yo bien puedo decir que me llamo Beto Zaragoza y que cantaba boleros en un bar que está por la independencia. Ella me volvió a presumir sus bubis (¿se escribe así?) operadas, las cuales contrastan con su delgada figura. En mi opinión no le hacían falta. Se le ven bien, no voy a decir que no, pero no sé, sigo pensando que no le hacían falta. Por supuesto mi opinión sobra en este caso

Otra cosa curiosa de la noche es que casi todos los taxistas que tomo ahora me quieren dar el teléfono de su base porque ellos si son seguros... ¿por qué no me lo dijeron antes?

P.D.
No recuerdo si puse algún comentario al respecto pero el concierto de Joaquín Sabina me gustó mucho. Me quedé con las ganas de oír la de con la frente marchita pero me quedé conformé de todos modos.

Monólogo

Es una de las canciones de Silvio Rodríguez. La semana pasada, el sábado, se me ocurrió una variación de este tema:

Favor, no se moleste,
que pronto me estoy yendo;
no vine a perturbarle
y menos a ofenderle.
Vi una mujer panchosa
y oí voces cantando
y, sin querer, ya estaba hablando...

(y me bateó por chistoso! Supongo... Sí es una mujer panchosa. Lástima).

En fin aquí va la canción.