Ayer me acordé del cuento de Luis Felipe (el que se llama No le voy a hacer la majadería) pero no me sale la historia que me hizo pensar en el cuento... Quizá debería hacer lo mismo que en el cuento Lo que falta no daña de Bioy Casares-Borges en donde abreviaban todo y salían con frases como la de Hágase hizo o la de "Señora ¡cuánto tiempo que no la oigo ladrar!". Ahora que lo menciono empezaré a dar clases así: doy los primeros pasos y luego pongo el resultado. Si algún impertinente (ja) se le ocurre preguntar yo diré que ese paso, o procedimiento, lo pueden completar fácilmente con la ayuda de la TI (esa es la excusa que siempre ponen cuando no desarrollan nada)... O siempre puedo decir como el Jackson: is straightforward... (¡El trauma con ese libro! Por supuesto no es el único que lo escribe, y lo peor es que muchas veces tiene razón y el procedimiento es directo, pero ese es el que más recuerdo)
Bueno, el caso es que intentaré abreviar ya que la historia extendida nada más no me sale: El sábado mientras pisteaba tranquilamente, y como no había mucho que hacer, me puse a pensar en el tema de una conferencia que van a dar en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla a fin de mes (al cual estaría bien asistir pero ya me comprometí a estar en otro evento aquí) cuando de repente llegó Ángela a decirme "¿bailas conmigo un ratito?" Me sacó un pedo debo confesarlo. Estaba tan entretenido en otra cosa que ni la vi llegar. Inmediatamente recordé el nombre del cuento No le voy a hacer la majadería y bailé aunque realmente no tenía muchas ganas y... tan tan.
Este final chafa me hace recordar una canción en la que Piporro dice: tanto misterio pa' nada. Qué pelado tan corriente... jaja.
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