jueves, 25 de noviembre de 2010

De las historias de la Deep in a dream of you

Realmente pensé que tenía guardado en el mail varias cosas que escribí antes acerca de la Deep in a dream of you. El caso es que no las encuentro. Seguro en algún lugar de mi casa hay alguna hoja en donde están los borradores (en mi caso normalmente los borradores son los originales porque la verdad es que me quedan peor si las arreglo). Hablo de hace diez años. ¿Qué he hecho desde entonces?

Por esa época pasé por una fuerte crisis. Aún así conseguí graduarme porque hubo una época en que por la misma crisis me parecía que me alejaba de esa posibilidad. Me gradué y no sentí nada. Veía a todo el mundo feliz y gozando el hecho de no tener que volver a la escuela. Lo único que sabía era que todo estaba mal conmigo. No pedí ayuda lo confieso. Pensaba que al hacerlo era reconocer que no podía con el problema. Tal vez no fui muy inteligente y debí tirar la toalla en ese momento. Si fuera o se tratara de una pelea de box estaba en la situación en la que el referi no iba a detener la pelea por más chingazos que recibiera. Además pensaba que tal vez todo era un problema de percepción y que los chingazos no era que fueran imaginarios no se trataba más bien de que me todo dolía...

¿Y qué pinta la Deep in a dream of you en todo eso? Me aferré a ese ideal (no puedo decir que fuera otra cosa). Siempre quise pensar que por el mero hecho de existir (resulta cómico pero si lo llegué a pensar) o de estar ahí (¿dónde?) ella me detenía o me daba un pretexto para no amanecer en el embudo tirado en el piso o perdido por varias días pedo y sin saber bien a bien en donde estaba oyendo al poder del norte o a priscila y sus balas de plata (por ese entonces las ponían mucho en la rockola del embudo). No sé si sea una buena noticia pero por más jodido que me sentí nunca me abandoné así sin más en la bebida por más ganas que tenía. Sabía o intuía (o intuyo) que al hacerlo una vez abriría una puerta por donde no iba a volver... o quién sabe. A lo mejor es puro pedo.

Cada vez que caigo en una gripa en la que no puedo respirar me recuerda esa época. Ahora respiro mejor que entonces. A veces pienso que me hundí tanto que no acabo de salir de aquel agujero...

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