lunes, 14 de noviembre de 2011

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¿Cómo debería contar lo que pasó? ¿Por qué debería contarlo? No sé, tal vez sea una necesidad rara de contar cosas que debería platicar más bien, pero como no soy muy platicador... El caso es que todo comenzó por la ausencia de mi "amiga la de las rifas". ¿Dónde estará? Uno deja de ir tres semanas y se encuentra con que no está (¿seguirá yendo?). Fue triste. El problema no es tanto que no esté. El problema es que hay que hay que empezar otra vez. Por ejemplo, pedí bohemia oscura y me llevaron clara. Pedí un vaso y me llevaron un tarro frío (ya sé ya sé es una estupidez pero es chistoso que apenas me cambian de mesera o hostess (Mucho tiempo después me enteré que "la de las rifas" es hostess) y las cosas cambian mucho.

También fue triste (y bonito al mismo tiempo) el concierto de Sabina. ¿Y sí ya no vuelve? Salí de la arena y llegué triste al lugar al que me gusta ir los sábados. Ya lo volvieron a abrir. Llegué cuando estaban los últimos rounds de JM Márquez y Pacquiao. Saludé a Mario y pedí una cubeta de bohemias (claras ahí no hay oscuras). Me fui a la mesa de mis cuates. Ellos bailaban mientras me tomaba mi primera cerveza. A bailaba con D (la morra que soñé cuando un león andaba como si nada, al principio, en una playa) y mi otra amiga A bailaba con Ricardo.

Finalmente me aliviané y me la pasé chido.

Después mi amiga A me invitó a cenar unos tacos de frijoles con queso bien ricos. ¿Qué les pondría para que supieran así? No traía tanta hambre y de todos modos me los comí. De lo que me hubiera perdido. Luego se me pasó el rato y llegué a mi casa hasta casi las 7am. Ya había un chingo de tráfico (para la hora... ¿qué chingados hacen tan temprano queriendo entrar por el estadio de béisbol y el de tigres?).

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