martes, 15 de noviembre de 2011

Medias negras

La verdad es que aunque me preguntaba cómo contar la historia del sábado acabé por no escribirla. Tal vez un día de éstos salga sin que me de cuenta. Mientras tanto no la contaré (creo).

El sábado, regreso al sábado aunque no a la historia que quería contar, cuando Joaquín Sabina cantó Medias negras me acordé de Michelle. Ella no traía medias negras (en realidad no traía casi nada encima). La conocí en un lugar llamado Rock the boat (¿quién le pone a su lugar Rock the boat?). No la invité a cenar ni me robó la cartera ni nada... bueno si me robó algo, me robó el corazón pero no le digan a nadie. La conocí justo antes de irme al DF a vivir una aventura que de antemano sabía era complicada y con un margen pequeño de éxito. Iba con el marcador en contra (o eso me imaginaba yo) pero iba dispuesto a pelear. No lo hice. Debo reconocerlo. Me fue mal y me deprimí más de lo que ya andaba.

Los días que estuve en el DF me la pasé recordándola. No volví a verla. En ese entonces sufría, en la escuela, y pensaba que todo sería más fácil si me regresaba a buscarla. Me daba risa porque quién viene a buscar a alguien que quién sabe sí exista. Me encantó esa noche y nada más. Luego cuando Sabina llegó a la de y nos dieron las diez la volví a recordar porque meses después cerraron ese lugar y pusieron uno para fiestas infantiles. Me imaginé muchas veces yendo a tirar pedradas, así como en la canción.

No hay comentarios: