viernes, 17 de diciembre de 2010

El lugar donde se vive más bonito

Se me ocurrió ir al puentes un rato. Llegué y me senté en la barra. Me arrepentí de inmediato pero la mesa donde me quería sentar estaba ocupada. En la barra estaba un señor cantando boleros pero mi intención era seguir leyendo el complot mongol. Leí media página cuando de repente me interrumpió el que cantaba cuando entró un señor. Al entrar le gritó "¡el artista!" Ese señor al que presentaron como el artista resultó muy platicador y divertido. Llegó contando que se había muerto un señor que solía tocar el tololoche en el mingos. El otro gritó asombrado ¡se murió! Pero le devolvió la anécdota contándole que se había muerto otro. Ante la cara de susto del artista el que cantaba le dijo que se murió de un putazo al corazón... ¿un putazo al corazón? Después de ese comentario le siguió la conversación con el que estaba a mi lado izquierdo (llegó un poco después del artista) porque respetaba el tema del corazón. Lo respetaba porque hace poco estuvo en el hospital por un problema cardiaco. Desde entonces se hizo a la idea de que se iba a divertir lo que le quedaba de vida.

Siguió contando anécdotas divertidas pero se detuvo para recordarle al que durante un rato estuvo cantando que una vez le había ayudado en una bronca. Lo que pasó es que el señor, el artista, dibuja caricaturas y va (o iba) por los bares dibujando caricaturas y en una de esas ocasiones no se las querían pagar y uno se la quiso hacer de pedo. El que estuvo cantando se metió en esa bronca, sin conocerse, y desde ese día son cuates. Luego, el llamado artista, dijo que a él le gustaba vivir de noche que casi no salía de día. En eso lo interrumpió el otro y comentó que no había nada más bonito que vivir en la cantina... Los dos coincidieron en que ya quedan pocas (así como el puentes hay pocas creo).

Por mencionar un ejemplo de las anécdotas divertidas que contó mencionó que hace poco unas putas salieron en la televisión. Al parecer las detuvieron o algo así. El caso es que se quejaron de los policías porque les bajaban la lana. El reportero buena onda las preguntó que porqué les preocupaba eso y ellas contestaron ¡pues si quieren lana que pongan las nalgas ellos!

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