jueves, 16 de septiembre de 2010

Fiesta bicentenaria

Me pasó un poco de noche esto de la fiesta de ayer. Fui a cenar con mis papás y admito que fui más por el mero hecho de cumplir que por ganas. Al final fue buena idea porque le cena estuvo muy sabrosa. Comimos cortadillo acompañado por arroz y frijoles. Esa es, quizá, mi comida favorita.

Terminé todo temprano. Para la una me quedé jetón. Para mí es increíble. Lo que es todavía más increíble es todo el día estuve en calidad de bulto. Sólo me desperté a comer y luego a cenar. Aparte tuve calentura toda la tarde. Seguramente eso es lo que vieron mis alumnos, el miércoles por la tarde, pues me preguntaron varias veces si estaba enojado o si me sentía mal... Lo raro es que yo me sentía normal. Sólo traía más sueño del acostumbrado.

El caso es que no tengo idea si hubo muchos valientes que fueron a la macro a dar el grito.

Ahora traigo mucha sed y un leve dolor de cabeza. ¡A lo mejor mi cuerpo ya asocia el 16 de septiembre como que tiene que andar crudo! Lo de la sed es raro porque no me la quita el agua. Si fuera cruda ya sabría que esto es cuestión de esperar unas horas pero... ¡no es!

No hay comentarios: