Estreno el mes de octubre con un tema que no había tratado antes: las calculadoras. Las calculadoras me estresan. Quizá sea mejor que diga que me estresaban. Un par de veces por diferentes causas dejaron de funcionar precisamente un día antes de un examen. La ocasión más desesperante fue cuando se me cayó de la cama. Tenía la mala costumbre de estudiar y hacer tarea en la cama y en una de esas se me cayó una calculadora. Inmediatamente dejó de funcionar. Esto podría ser una evidencia de que algo de supersticioso (¿será más adecuado decir fatalista?) sí soy. Lo digo porque suelo -o solía- predisponerme para lo peor cuando no llego de manera suave al examen, No está bien pero me doy cuenta hasta después. Esto de suave quiere decir que se atraviesan cosas no vienen al caso en ese momento como tener que ir a buscar a alguien, entregar un papel o que dejen de funcionar las cosas cuando más las necesitas...
Cuando llevé la clase de circuitos el profe decía que no era requisito contar con una hp para contestar los exámenes y las tareas. No era pero si alivianaba bastante porque a pesar de no ser necesaria el profe ponía los exámenes asumiendo que la tenías y se manchaba con problemas de tres o más mallas (cada una implica una ecuación). La única vez que llegué con una prestada resultó peor porque me prepararon muy bien para usarla pero no para cuando marcara errores. ¿Cómo se salía de ahí? Lo típico de apagar y prenderla de nuevo no sirvió por lo que acabé igual que antes: usando la maizoro (bueno maizoro científica). Ese fue el único intento real por utilizar una. Afortunadamente alcancé a pasarla bien a pesar de todo. Probablemente no fui muy inteligente al complicarla la vida sin la máquina...
¿A qué viene todo esto? Viene porque en el examen de álgebra hay una chava usando una rosa con blanco -no científica- ¡que hace ruido! ¡Suena cada vez que presiona un número o una operación!
¿Qué onda con eso? No soy el más indicado para criticar pero ella creo que ya exagero...
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