jueves, 27 de octubre de 2011

Azotes

Tenía ganas de ir a escribir al bar donde trabaja mi amiga la de las rifas. No obstante, como hay partidos, seguramente habrá una buena cantidad de clientes. El problema no es ese realmente, el problema es que no hay lugares suficientes para estacionarse.

Pero tenía (tengo) ganas de escribir. Necesito ponerme a pensar sobre esto, tema al que no le he dedicado demasiado tiempo. Siempre que pasa algo así recuerdo a la maestra de química cuando nos decía que la química era como una novia celosa, si te distraías ella se desquitaba perdiéndole el hilo de lo que estabas estudiando. El resultado en el parcial, según la maestra, no iba a ser tan bueno… Así me imagino a las partículas escalares, quienes a las distancia me ven celosas, por no ponerles la atención que requieren. La primera consecuencia es que estoy realmente oxidado, lo cual es triste. Muy triste.

Entonces, como probablemente no vaya al lugar donde puedo saludar a mi amiga la de las rifas, previo al inicio de una clase me puse a escribir (así bien rebelde yo). Ya me hacía falta. Últimamente me parece que todo va con retraso en mi camino. Quiero correr/volar pero no puedo. Aparte mis rodillas, chale, no me lo permiten. Aunque por supuesto no hablo de ese tipo de camino ni de ese caminar/volar. Chale.

En este ratito, mientras espero que regrese mi grupo completo, después de un descanso que yo no di, me puse a pensar qué fue o qué es lo que me motiva a estudiar algo así, y no puedo dejar de pensar que es puro masoquismo. El caso es sufrir.

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