domingo, 10 de abril de 2011

Quesotaco

Anoche cené un quesotaco. Cené antes de ir a encontrarme fatalmente con la soledad otra vez (jaja no mames). No puede ser cierto eso de encontrarse fatalmente con la soledad porque cené solo. ALrededor mío hubo varias familias. No me incomodó pues yo andaba muy en mi pedo. Casi ni volteé a verlas. Sólo las vi cuando sentí la mirada de unas personas que me quedaban enfrente. ¿No tendrían nada mejor de qué hablar? A lo mejor hablaban de otra cosa. Si hubiera tenido un caballito de tequila lo hubiera levantado y les habría dicho salud. Me sentí ridículo de hacer algo así con una coca cola. No lo hice pero entonces recordé a Wendy y a Mafer. Me acordé de cuando me volteaban a ver por el desmadre que ellas hacían. Me sonreí, ¿ellos pensarían que la sonrisa fue por ellos?, y seguí comiendo. El recuerdo fue más intenso porque más de una vez cenamos (¿por la hora ya cabría la expresión de desayuno?) quesotacos. El ataque nostálgico me hizo creer que en cualquier momento entrarían ellas o Don Pedro. Pero no. No fue así.

La culpa de todo lo que pasó fue del quesotaco definitivamente.

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