domingo, 2 de agosto de 2009

¿Sería el diablo?

¿Sería el diablo? No sé, en cualquier caso era un diablo muy chafa sentado en la calle al chile así nada más. Lo volteé a ver cuando, yo pasé sin verlo, pero me gritó: ¿Y Mafer? Seguí caminando y a media calle giré para verlo. Era un vato sentado al chile ahí, en una esquina, sin venir al caso. ¿Cómo dice? Le pregunté. No me contestó nada. Me regresé pensando pinche cabrón y le dije qué me dijo de Mafer. No nada, me dijo, yo sólo pregunté si sabía de Mafer. Evidentemente no sé nada de ella (bueno algo sí sé). El tipo se rió y me dijo que andaba trabajando en el mismo lugar que la flaca... ¿Qué la flaca? Sí la que andaba con... Ah, Wendy. Y sí, era Wendy. Le comenté que sabía que andaban jalando en algún lugar por Lincoln. Ese señor, que seguía sentado sin moverse, me contestó que sí que allá andaban las dos y que sólo me preguntó porque él pensaba quién sabe qué cosas acerca de Mafer (y de mí!!!!!!). Agradecí la información, no sin decirle que me había dejado igual que antes, y me di la vuelta. Seguí caminando y luego entré al fantasma más triste que me ha tocado entrar (el de la barra me dijo, ¡¿qué pasa es sábado y quincena?! Luego llegó una morra que me preguntó que porqué tan triste...)

2 comentarios:

Sergio HF dijo...

Weey... te mamaste...
Esta anécdota como cuento está bien, pero bien chingón.
De hecho yo lo dejaría cuando entras al "fantasma más triste que me ha tocado entrar".
Excelente. Muy buena narración.

Ayax dijo...

Como quiera me si me sacó un pedo ese señor :s

Gracias por el comentario.

Saludos