martes, 25 de agosto de 2009

A veces no entiendo... (¿o me hago wey?)

Apenas aterricé en el aeropuerto sentí nostalgia por mis vacaciones en Guadalajara. Llegué convencido que sería un viaje bien chingón pero apenas me bajé del avión tuve la sensación que sucedería lo contrario. Sin haberlo meditado mucho involucré a muchas personas y si quería verlas a todas tenía que hacer justo lo que no quería hacer. Los más amables de todos fueron los que me invitaron a su casa pero realmente no se me antojó ir a pistear ahí. No sé dónde viven pero preferí quedarme lo más cerca del plan que no tenía. Por eso sentí nostalgia por Guadalajara. Porque allá no vi a la cenicienta de aeropuerto a pesar que me dio su número y estaba invitadísimo a ir por unas tortas ahogadas. Pero no la busqué porque todos los días empecé a pistear desde las cuatro o cinco. Al hotel llegaba a rematar con un poco más y me jeteaba temprano. Algo así me imaginaba o quería para México. No me salió pero tampoco estuvo mal. Lo que no me gustó es que tuve que darle explicaciones a todos (los que conozco) acerca de porque se me había ocurrido ir... nunca me lo esperé realmente. Lo fastidioso fue que mientras tanto así como Harry el del Lobo estepario había una parte de mí que se burlaba de esa situación. Se reía y me decía "mira, ¿esos son tus amigos? jajaja. Por eso te dije que vinieras y no le avisaras a ninguno pero estás bien pendejo jajaja". Y los otros más le daban a ese cotorreo!! Chale. La mejor de todas fue cuando me pidieron que explicara mi hueva o mi falta de plan (para no hacer nada supongo). Fue muy raro porque me he chingado todo este tiempo y pensaba que tenía derecho a tener unas vacaciones como yo las quisiera pero no... con mis cuates eso no funciona así.

El domingo un taxista puso el dedo en la llaga: "no me diga que anda mejor solo". Así sin venir al caso me soltó la pregunta. Contesté más con fastidio que con la verdad que sí, que ese viaje hubiera sido la neta si no hubiera visto (o intentado ver) a nadie. Pero luego me tuve que tragar mis palabras porque (hice el esfuerzo por ir a ver a esa amiga porque me llamó el sábado sino ya había decidido que si no hablaba no iba a su festival) también me pidieron justificara mi viaje pero antes que contestara lo mismo me interrumpieron para decirme (¿lo que quería oir?): "pero qué gusto verte, Qué chingón que hayas venido". De verdad que desde ese momento me empecé a relajar. Además la familia de ella siempre me saluda con mucho gusto. Fue el día más tranquilo de todos pero paradójicamente fue el mejor (desde el punto de vista de la relajación).

Prometo no hacerlo de nuevo y si acaso lo hago le copiaré la frase a un amigo cuando dice que a él no lo lleven a museos, que lo lleven a donde se pueda pistear (pensaba realmente que las dos cosas no eran mutuamente excluyentes pero al parecer no puedes hacer ambas... Lo intenté pero no me funcionó del todo. Cabe mencionar que no fui con la intención de dejarme caer)... O le hago como todo el mundo: pregunto en el hotel, a un taxista o a una poli!! (un wey le fue a preguntar por un bar, por una cantina, y la chava le contestó "a lo mejor a dónde usted quiere ir es al salón corona", y el vato "síiii pero no me acordaba del nombre. Gracias. De verdad da gusto saber que hay policías amables y que están dispuestas a dar información al turista... además está guapa". Y estaba. Ya no supe si le dijo algo más porque cambió el semáforo y seguí caminando)

Esto que me pasó probablemente es normal. No es la primera vez que me sucede. El punto es que yo no andaba con el ánimo de hacerme wey como siempre.

La parte buena de la historia:
Fui al museo José Luis Cuevas y a la Academia San Carlos. Descubrí que la vez pasada no di con ellos porque no caminé lo suficiente... bueno caminé más que eso pero en lugar de seguir por moneda di vuelta a la derecha en ¿lic verdad? (como no me fijo en los nombres de las calles puede que no sea verdad que di vuelta por lic verdad ja). El caso es que las dos exposiciones están bien chingonas.

También fui a Garibaldi con Ángela. Estuvo bien. Aguanté el tremendo escándalo de los cuatro mariachis cantando al mismo tiempo. Para no variar oí la de hermoso alcoholismo como tres veces. ¿No se sabrán otra? :p

2 comentarios:

grisel dijo...

creo que las vacasiones nunca son como uno las espera y solo queda disfrutar de lo disfrutable

Ayax dijo...

Claro, el problema es que yo no andaba con el ánimo suficiente para eso.

En fin.

Saludos