miércoles, 26 de agosto de 2009

El hombre de la Biblia

Me salí de mi casa a caminar. Luego fui a leer y a tomarme unas cheves a las jarras. La verdad es que ni leí ni escribí casi nada. Me la pasé bien. Después que salí de ahí empecé a caminar rumbo a Madero y ahí fue cuando empezó el desmadre. Di con un lugar en el que pensé que estaba trabajando Víctor. Entré nada más a decirle "gracias carnal por haberte salido del casca.... gracias a ti Mafer me dejó de hablar". Lo que pasó fue que Mafer, según ella siempre perdía mi número (y su celular), y como medida desesperada un día le dio el teléfono a Víctor. Como a él le convenía que fuera, lo consideraba una inversión supongo, le prestaba su celular y ella me hablaba.

Esta historia continúa en mesa 21.

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