lunes, 30 de enero de 2012

Cosas que pasan

Todo estuvo a punto de salirme mal. Se me ocurrió seguir la sugerencia de un camarada y me fui el sábado a un buffet. Todo estuvo a punto de salirme mal porque cuando llegué no había ni quién me cobrara el cover (ni quien me dijera pásale el mesero te carga en tu cuenta el precio de la comida y las bebidas). Tampoco había música. Me asomé y no se veía nada. Siempre pensé que en sábado muchos iban a comer. Tal vez sí pero ese sábado en particular estaba vacío.

Antes de llegar me perdí. Bueno tanto así como perderme no pero tuve el tiempo suficiente para enterarme que los Beatles grabaron dos versiones de Penny Lane (¿se escribe así?). En una terminan con trompeta y en otra no. Son una joya para los coleccionistas según oí. La importancia de hablar de aquel grupo inglés se debe, según entendí, a la gran cantidad de detalles de ese tipo... ¿no andarían motorolos (?) y a la hora de tocar se les olvidaba algo? Quién sabe. El caso es que los maman bien cabrón. Mis respetos.

Como estaba abierto pero sin estar abierto (?) decidí regresarme rumbo a mi casa. Originalmente iba a ir para allá pero pensé que estaría más caro. Lo comprobé: en lugar de pagar $85 me cobraron $140. De internacional (el buffet) no tuvo nada. Me tocó el día del "buffet regiomontano" y por eso la comida era la de siempre (carne asada, etc.). Lo único bueno, al principio, fue el caballito de tequila (y yo en ayunas) de cortesía. Entré encandilado. La hostess (¿será hostess?) iba muy rápido y choqué con un sillón. Me madrée el pie pero ella me seguía estirando. Me abrazó y me dijo al oido con cuidado pero me llevaba rápido. ¿Está bien? me preguntó pero seguíamos caminando rumbo a una mesa cercana a la comida. La cosa no terminó ahí porque luego choqué con una mesa. Me sentí completamente torpe. No veía nada y la mera idea que todo podía ser por el tequila me aguitó. Pero no. Luego me fijé bien y vi que por ese camino no cabíamos los dos al mismo tiempo.

Total comí carne asada. Se me antojó comer tortillas pero no vi. No pregunté si había, por otro lado. No me atasqué, creo. Todo iba bien hasta que me reconoció una chava que conocimos en diciembre en la "sexy posada" (¿quién le pone sexy a su posada?). Aquella vez se le perdió un collar a esa chava y le pregunté por él. Me lo enseñó y me contó que no lo hallaba simplemente porque no se lo había puesto... pero en su peda lo traía puesto y como estuvo platicando un rato conmigo pensó que yo se lo había quitado... ¿y cómo para qué quería un collar? Cuando me lo enseño casi le grito: "¡tanto pedo por ese collar de 10 pesos!" No sé cuánto cueste pero no se veía muy chido. Claro, siempre puede ser que haya pasado de generación en generación... que sea más el valor sentimental que el valor monetario.

Estuve más rato de lo que pensaba estar y me salió más caro de lo que esperaba gastar. Pero me la pasé bien.

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