sábado, 9 de junio de 2012

Cosas que pasan a veces XXVI

El jueves me preguntó si quería salir el viernes. Se supone que nos íbamos a poner de acuerdo durante el día pero ya no tuve noticias de ella. No tiene caso que le hable yo porque no le entra la llamada al celular. Estamos incomunicados porque tampoco salen las llamadas ni mensajes. Todo depende que alguien le preste un celular. Quiero pensar que por eso no supe nada de ella. Quién sabe. Ya le preguntaré más al rato.

El caso es que asistí a una junta con el nuevo presidente del consejo y estuvo muy larga. Me moría de sueño pero no pudo o quiso cortar la reunión en ningún momento. Empezó la junta con 129 personas y al final quedamos solamente 20 (pero como tres horas después!). Hay mucha incertidumbre. Hay mucho descontento. Mi prisa por que terminara temprano era que me moría de sueño y se vislumbraba otra desvelada con ella. Al final me desvelé pero no con ella. Di por perdido todo como a las ocho (aunque debo confesar, con vergüenza, que veía el celular cada 10 minutos). Di todo por perdido pero acepté la invitación para ir a un lugar llamado roots de parte de unos camaradas. Luego fuimos a cenar. El momento ridículo de la noche sucedió cuando no me atreví a ir a saludar a la chava que escribió una novela bien chida que se llama Historias del séptimo sello. Le hubiera contado que me pareción bien chingona la idea del escáner. Tengo la impresión de haberla visto en el vips alguna vez y que la saludé algunas veces. Ni idea de quién pueda ser conocida. No tengo idea de sí es conocida de mis cuates de letras o no (bueno ahora sí porque uno de mis cuates la invitó a las jornadas de detectives y astronautas en la feria del libro de San Luis).

Terminamos la cena y durante ese rato me daban ganas de ir al lugar donde trabajaba mi amiga la de las rifas. Me daban ganas de saludar a la mesera que el viernes pasado me recibió bien contenta diciéndome que sí iba al "viernes social". Eso fue bien chistoso porque todo el rato estuve solamente acompañado por la feroz putiza que le estaban acomodando los Celtics al Miami Heat. Antes que se fuera la luz se sentó conmigo un ratito y me contó que siempre me atendía pero que no sabía mi nombre. Al final de cuentas sí platiqué con ella y con Liz un rato. Ese viernes, el pasado, también me quedé alborotado (la diferencia es que esa vez sí me habló para decirme que siempre no iba a poder). Me daban ganas de ir pero uno de los cuates me preguntó si le iba a seguir. Dije que no pero que estaba abierto a propuestas. Me dijo que sí quería ir a alguna parte y entonces se me ocurrió sugerir el mc mullens. A mi sugerencia agregué que me moría de sueño (nada más dormí hora y media) que si íbamos no sabía cuánto podía aguantar y el vato me dijo que no mamara que siempre que digo eso por lo menos aguanto hasta las 4am... ¿y a poco sí? En realidad me actitud conservadora consistía en la clase que tuve hoy en la mañana. La parte buena de la historia fue que por fin volví a oir al grupo que tenía ganas de ver. Tienen nuevos integrantes y tocan otras canciones (que antes no tocaban) pero fue bueno. Por primera vez me alegré que me hayan "plantado" (no fue propiamente que me hayan dejado plantado pero digamos...).

No hay comentarios: