Me saludó hace unos días la panchosa. Le llamo así por la historia que me tocó ver hace algunos años (tal vez dos o dos años y medio... ¿o ya tres?). Era la época en que nada más saludaba a los meseros. Ya había visto a mi no novia aunque todavía no la invitaba a bailar. En ese entonces todavía me salía temprano para ir a buscar a la señorita Mafer (eso de señorita es por una anécdota).
Extrañé muchísimo a Bárbara el sábado en la noche. Fuimos a los tacos de la alameda (pegaba el aire bien gacho por cierto). Cuando iba con ella (y con la señorita Mafer) nos atendían bien rápido y en el carro. Les sonreía y se apuraban los vatos. ¡Cómo cambian las cosas! Esta vez fui con mi no novia (ella no estaba muy entusiasmada por ir) y con otros dos (un amigo y una amiga)
En fin.
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