lunes, 11 de julio de 2011

Triste

Me dejó muy impresionado lo que pasó en el bar Sabino Gordo. Era un lugar al que me gustaba ir. La última vez que fui no vi a nadie ni consumiendo o vendiendo otra cosa que no fuera alcohol. A lo mejor si lo hicieron enfrente de mi pero como no es algo que me interesé ni cuenta me doy. Hubo ocasiones en las que sentí el ambiente tenso (por las miradas o a lo mejor eran cosas mías) y era entonces cuando me pisteaba una cheve y me salía o me paseaba por el lugar, sin voltear a ver nadie, para no quedarme en un sitio específico. Así fue, en uno de eso paseos, como di con la parte que tiene una radiola y que a pesar de tener variedad de grupos (géneros) la mayoría pone música vallenata. A veces ahí era donde se ponían difíciles las cosas y me movía al lado "norteño". En los últimos tiempos en el "lado norteño" solamente tocaba una sonora. Tocaban chido pero si extrañaba la norteña de repente.

El sábado caminando rumbo a mi clase del posgrado me detuvo un señor. Caminaba por la banqueta de enfrente y cruzó la calle para alcanzarme. No pude moverme rápido de ahí porque estaba poniéndole monedas al parquímetro. Me pidió un peso y no vi manera de negarme teniendo monedas en la mano. Pienso que realmente no quería la moneda. Lo que quería era contarme que habian matado a uno de sus camaradas en el sabino. Lloró. Me dijo que lo único que había hecho mal era haber ido, después del trabajo, a pistearse unas cheves y a bailar un rato. Me aseguró, como si hubiera estado ahí, que murió bailando... ¿Lo bailado nadie se lo quita? En este momento no me resulta divertida esta frase.

No me soltaba el señor. No me dejaba irme. Decía que los odiaba entre otras cosas. Mientras él hablaba recordaba a cara de bato, a María Cristina y a Nelly. Conocí a más pero son de las que recuerdo su supuesto nombre (cara de bato no es un nombre claro). Viví muchas historias ahí y me puede más porque me estaba empezando a animar a regresar (por la necesidad de que haya acción o algo diferente) y... luego aparte en Guatemala asesinaron a Facundo Cabral!

De verdad que de repente me daban ganas de dejar botada mi clase e invitarle al señor unas cheves. Me daban ganas de encontrarme al cuate que sin venir al caso se acercó a decirme salud un chingo de veces o el otro que me presentaba con sus camaradas "como un amigo bien chido" (¡y no nos conocíamos!), o al tipo cremoso que bailaba colombianas o el que hacía (¿hace?) tatuajes a un lado del antrópolis el día que unos del df aseguraban ser dueños de un antro bien chingón en el Mundo-e con quienes le eché porras al Cruz Azul (Aaazul Aaazul, gritamos varias veces). Me tocó ver que sacaron a varios, entre ellos uno ensangrentado que gritaba que le habían dado un botellazo y que se quería regresar a chingarse al agresor. Los meseros le preguntaban quién había sido pero no sabía! Total lo sacaron no sin antes armar un pancho en el camino a la puerta. Las veces que fui con los cuates del vips fueron especiales. No puedo decir que me la haya pasado mal.

También son legendarios los tacos de papa (también tienen de frijoles y de carne deshebrada). ¡Los de los hot dogs! Uno de ellos, o quizá ya era el único, resultó asesinado. En los últimos tiempos prefería cenarme una (o dos) tortas de bisteck. Había (¿hay?) dos lugares cercanos donde se pueden comer, uno era en la mera esquina de Villagrán y Carlos Salazar donde está el seven y el otro es al lado del Tangalay. Las que estaban en la esquina descubrí que me caían muy mal y que las guacareaba a la media cuadra y las del lado del tangalay no. A lo mejor fue casualidad. Estaban muy buenas pero era mucha grasa por lo que empecé a dejar de comer ahí.

La neta me parece todo bien triste. No se ve para cuando puede terminar todo esto.

Nota: Hay una canción (Es por amor) del grupo Git que dice: "al costado del camino veo ángeles caídos" y yo siempre la cambió y digo: "al costado del sabino veo tecates vacíos". Ya no lo volveré a hacer.

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