martes, 1 de febrero de 2011

Padrino

Hace varios meses me molesté mucho con un señor que movió, seguramente sin querer, mi mesa. Se derramó más de la mitad de mi cheve y aparte me cayó en el pantalón. No recuerdo las palabras exactas que le dije pero le pedí que tuviera cuidado. Al principio pidió disculpas pero un segundo después estaba realmente encabronado. No era su culpa me decía. La culpa era de los del antro por tener las meses tan cerca. Puede que tenga razón. Pero, ¿y mi cerveza?

Ya me había fijado que el señor andaba pedo. Cuando vi que todo el lío por una cheve derramada se podía hacer más grande de lo era le empecé a bajar de huevos. Sólo pedí que tuviera cuidado le repetí varias veces. Cuando las cosas se fueron calmando llegó el mesero y en lugar de tranquilizar la onda le metió más leña al fuego. A mí me decía padrino quién sabe porqué. Cálmese padrino, me dijo. Para no hacer la historia larga me molestó mucho que me sugiriera que me cambiara de lugar mientras veía si sacaban al ñor.

Todo esta historia todo este recuerdo es porque el sábado me tocó sentarme en la mesa donde estuvo ese señor. Honestamente esa mesa muy muy incómoda. No me quería ni mover para no derrar el caballito de tequila que tenían en la mesa de atrás. Salí airoso de semejante incomodidad y no se derramó nada (¿eso será bueno o malo?).

No vi al cuate que me estuvo llamando padrino. Si lo veo ¿le debería de pedir una disculpa?

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