No conozco Buenos Aires pero me gustaría ir. Quizá por eso soñé que iba a Buenos Aires pero como no conozco la ciudad todo se me presentaba raro y distorsionado. En el aeropuerto (¿se llama Ezeiza?) los aviones parecían que estaban más grandes que el aeropuerto. Todo lo veía en blanco y celeste. En el sueño me decía "pero no puede ser que sean tan grandes los aviones... debe ser que no encuentro la proporción adecuada porque nunca he estado ahí..." ¡Pero ahí estaba! Me subí a un taxi y luego me bajé en alguna parte desde donde empezaba a caminar y me topaba con antros, como temáticos, no muy grandes (y seguía pensando que no podía ser que fueran tan pequeños). Me parecía que eran como una casa muy grande y en cada habitación se viviera una onda muy diferente pero que tranquilamente te podías cambiar a la otra habitación sin que nadie te dijera nada. Era algo así.
Nada más faltaba que de tanto celeste y blanco oyera la canción "En el este, en el oeste, en el norte y en el sur, brilla la blanca y celeste la Academia Racing Club"
Luego me metí en un bar (también blanco y celeste) y me desperté cuando me llevaron la primera Quilmes de la tarde.
4 comentarios:
Claro... y te despertaste porque como no conoces el sabor de una verdadera Quilmes, tu cerebro no hubiera podido soportar esa realidad.
Es por ello que tu cerebro -ergo, tú- te mandó un impulso eléctrico para que despertaras.
Vaya, qué magnifico. Eso sólo le podría pasar a un genio.
Saludos, hermano.
No, yo más bien lo interpreté que al pedir la cerveza iba a pasar lo de siempre...
En fin.
Saludos!
Jajaja... ¿y qué es lo de siempre?
¿Que ibas a terminar tirado-inconsciente en el baño de tu casa? jajaja...
De mi casa no puede ser porque estaba en Buenos Aires :p
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