El sábado a pesar de mi eterna condición de banca recibí marca personal. Me sentí incómodo. Me movía a la izquierda y hacía allá iban a marcarme. Llegué a tirarme al piso y ahí estaba justo a un lado. No debería creer mucho en el "fair play" porque al estar en el piso no me ofreció su mano para ayudarme a levantar. Mientras más tiempo pasaba más incómodo me sentía. Mi incomodidad se debía a que sabiéndome malo para el juego me estaban prestando demasiada atención. Sin embargo, pensé que sería más cruel lo contrario: "a éste no lo marcamos porque no le hace gol ni al arcoiris". Realmente lo que me jodía más era que hasta iban a presumir: "al que me tocó marcar ni la vio".
¿Por qué debe ser motivo de orgullo si andabas marcando al más maleta de todos? Como las cosas se ponían peor me levanté de mi silla y pedí mi cuenta...
Qué historia tan chafa. Pero lo que sí es cierto es que hay meseros que persiguen. A veces pienso que te pueden seguir hasta cuando vas al baño o si se te cae una servilleta. Claro los mejores son los que te marcan en zona porque le puedes pedir lo que sea al que esté más cerca.
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