lunes, 10 de enero de 2011

Cosas que pasan

Tengo una sensación extraña. Me siento cansado pero no quiero acostarme. Siento que al apagar la luz se va a poner todo peor. Me entregaron el carro el viernes y me espantó un poco que se estuviera levantando la aguja de la temperatura. Casi no pude dormir. Le hablé temprano al mecánico. Me tranquilizó pero de cualquier manera el estrés, la falta de sueño y el vino del viernes me pegaron durante el día. Medio dormí en la tarde pero no fue suficiente. Vi a mis amigas (Ángela y Adriana) pero me quedé con ellas. Durante la noche, seguía sintiéndome mal, pero tampoco me quise regresar a la casa. Incluso llegué a pensar que no podía estar en mejor lugar que en el téibol en un momento así. No fui pero tampoco disfruté la noche. ¿Qué cara traería para que me dieran una rebana de pastel después de decirme que me lo regalaban para que me endulzara la vida? Lo agradecí y me lo comí con el tequila que estaba tomando. Tienen una tradición en ese lugar que cuando alguien cumple años sus cuates llevan pastel y lo comparten con sus conocidos o amigos. Me conmovió, un poco, porque en ese momento me sentía solo (en realidad todo este pedo todas estas palabras son para decir eso). Quien me regaló el pastel es del grupo de amigos/conocidos de Ángela. Ella de cualquier forma acostumbra (o acostumbraba) darme la mitad (o una parte) del suyo.

Primera vez en años que no tengo ganas de ir al primer día de clases. Normalmente es el único día que me sale dos tres bien. Seguramente es la soledad o vacío que a veces siento después de haber agarrado el pedo. La verdad es que no me dejé caer pero se me acumularon jueves, viernes y sábado. A lo mejor eso es lo que pasa...

En fin.

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