Esta historia si me pasó a mí

El sábado experimenté algo muy extraño. Todo comenzó por la ocurrencia aquélla de inventar un personaje. La culpa la tuvo un cabrón que se presentó como un Don Nadie. Si él no era nadie yo tampoco, pensé. Inventé un nombre pues al fin y al cabo ya no lo iba a volver a ver. Además tenía la ventaja de no tener que repetírselo varias veces.

El caso es que de una u otra forma me empecé a acostumbrar a presentarme así con el “nombre inventado”. Ese personaje como es muy olvidadizo siempre cambia sus actividades pues a veces es estudiante de maestría en fime o civil, en otras da clase de química, matemáticas o literatura, etc. Quizá la ocasión más divertida fue cuando resultó ser un ex jugador del San Lorenzo de Almagro (¿por qué de San Lorenzo?). La buena noticia es que se divierte y se la pasa bien. Aunque esto a veces me cae mal porque parece que es a él al que le suceden las cosas divertidas y no mí. Por ejemplo, el sábado me sentía mal, traía un dolor de estómago muy fuerte, mientras ese cabrón estaba como si nada y el dolor que tenía ¡era por su culpa! Me molestaba más porque sabía que si se me quitaba el dolor iba a vivir (¿él o yo?) una historia bastante divertida.

Y no me equivoqué fue muy divertida. El problema fue que el dolor bajó pero no lo suficiente. Lo extraño que comenté al principio es que andaba con camaradas que me conocen y cuando me presentaron, me presentaron con mi nombre (normal ¿no?). Ellos contestaron rápido como si supieran que iba a salir con una pendejada o no sé qué. Al decirles mi nombre sucedió lo de siempre pero admito que no les hice mucho caso, no se los repetí y tenía el pretexto del ruido de la música. Esto permitió hacerme el etcétera. O mejor, eso me permitió no sentirme culpable por no haberlos pelado. Luego ya que el pasó el rato, que todo estaba muy entretenido y con risas, etc. me di cuenta que en realidad esa historia de verdad me había pasado ¡a mí!

(Está muy mensa la historia pero lo que pasa es que no he agregado lo demás)