El jueves un amigo de mi no novia me invitó a una fiesta. Le dije que no podía pero insistió. Total fui pero me sentí totalmente ajeno al ambiente. Lo bueno es que un camarada me acompañó y eso me alivianó un poco. Entre los invitados estuvo la panchosa (cada vez me cae mejor creo) y el que me preguntó sino ocupaba viagra.
Estuvo raro.
4 comentarios:
Por eso, doctor.
Ni en la entrada actual ni en el link que remite a "La Panchosa", en un artículo de febrero pasado, me habla nada acerca de tan singular personaje.
Te voy a hacer una petición amable: desearía que describieras, en una entrega futura, a esa mujer.
Yo la imagino como una fémina regordeta, vestida modestamente y que recita, de memoria, los sonetos de Shakespeare.
Y que de ella hacen mofa todos, por no entender la poesía.
¿Estoy alucinando?
No creo. Pienso que las ciudadanas mexicanas superan al vate de Stratford-upon-Avon.
Gracias mil.
La cabra abogado! Claro, no tienes que recordar algo que escribí en el 2009.
Estaría padre que recitara los sonetos de Shakespeare (preferiría que fueran de Quevedo pero igual apreciaría el esfuerzo por recordar de memoria a Shakespeare).
Saludos
P.D.
Prometo buscar la entrada y ponerla de nuevo (por lo menos)
Hola! que gusto, gracias por saludar, como has edo? se te extraña... :) un abrazo!
Bueno, bueno, doctor.
Si se trata de la cabra, parece ser que ya todos (¿todos, Ke-mo sah-bee?) padecemos el mal.
Y recuerde, científico, que para ese inicio de Alzheimer y el dolor de callos, siempre es bueno al día una cucharada de Leche de Magnesia de Phillips.
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