River salió a la cancha más conservador que en otros partidos, tanto que apenas cruzó la mitad del campo de juego en el primer tiempo. El rival tampoco encontraba los espacios (cerrados por la defensa del millo) y no traía la profundidad adecuadada para abrirlos.
En el segundo tiempo las cosas no cambiaron demasiado. River metía y buscaba el contragolpe. En una de esas recuperó el balón afuera de su área, el Chori condujo el balón hábilmente y metió un pase largo al Negro que corría de la banda derecha, en diagonal, hacia el centro. El Negro alcanzó a puntiar el balón para el Diego que corría de la banda contraria también en diagonal. El Diego se encontró solo ante el arquero a quién sólo le cruzó la pelota para que gritaramos gol. La platea visitante lo festejó como nunca.
Lo que quedaba era aguantar el resto del partido. El rival en los minutos finales no consiguió inquietar el marco de River.
Rival 0 River 1
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