Unos cuates contaban la anécdota que llegando a un restaurante (era boliche creo) pidieron una carta y les llevaron una carta blanca. Ellos que no son de acá se encabronaron y casi le ladran al pobre mesero confundido. No se tomaron la cerveza pero si se quedaron a comerse un plato chingón (en ese lugar no era tan mala la comida). Ya no existe ese boliche. Estaban en el pabellón, arriba de donde estaban los gemelos tec... Habré ido un par de veces a comer (con ellos) pero no a jugar.
Me acordé de esa anécdota porque le regalé Persona normal a mi no novia y como, a manera de dedicatoria, le escribí una carta (mejor le hubiera dado una carta blanca!!). Según ella le encantó pero me sentí, por primera vez, incómodo escribiendo (una carta). Siempre había pensado que era mejor escribiendo cartas que hablando pero ahora no me lo pareció así.
Tal vez sea porque no me pareció divertida.
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