Salimos a la cancha con la ilusión de ahora sí, de una vez por todas, hacer un partido completo. Y nos fuimos para adelante a buscar la portería rival. El inicio lo trabajamos bien lo buscamos tiramos a gol pero permaneció el cero a cero. Las cosas continuaron así hasta el momento en que, para variar, perdimos una pelota en la salida. De ahí el otro equipo solamente tuvo que acomodarse para definir y ponernos 1-0 abajo. Hubo mucha decepción en el grupo. Cayó el gol en contra y junto con él el estado anímico. No cayeron más goles nada más porque el otro equipo no lo buscó. Tal vez se conformaron pensando en que las oportunidades las iban encontrar esperando nuestros errores... y errores hubo muchos... tantos que de pronto se veía en la cancha como si todos volviéramos a tener 6 años pues corrimos tras el balón sin orden y hubo por momentos en los que la carrera la hacíamos hacia nuestra propia portería; así de mal y de malas.
Casi al final del partido alguien, no se sabe si del público o de la banca, gritó ¡olvida la forma! Como respuesta hubo un pelotazo al área contraria y así empezamos a tener llegada cada vez más frecuente a la portería contraria. Así, de un pelotazo, llegó el balón a la altura del manchón de penalti la bajamos y cayó el empate. Fue un gol grosero pero fue gol.
Todavía nos alcanzó el tiempo para darle vuelta al marcador.
Marcador final:
River 2 Rival 1
Nota: ganamos el juego pero seguimos con la mala onda con que así no es precisamente como queríamos ganar... en fin.
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